No me dejaste vivir, y ahora agoto mi tiempo escuchando baladas de Joe Cocker, y llorando por las esquinas. Te fuiste de mi vida como un soplo. ¿Tanto me querías? ¿Tanto como para que a la mínima me quitaras mi corazón y te fueras? Qué injusto es el amor. Pero que preciosos eran tus besos. Soñados. Vividos. Deseados. Todos eran perfectos.
¿Aun no lo entiendes?
Te quiero aun sin corazón, intento odiarte, pero no puedo.
No llego, no llego a ti.
Por mucho que estire la mano jamás recuperaré aquello que fue mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario